Hablar de la bandera de un país es hablar de los sueños de su gente, de aquellos que alguna vez se atrevieron a soñar: sueños de soberanía y grandeza.
Hace muchos años alguien la soñó color de cielo, color de mar, de flor de jacarandá. La quiso color de nube, de nieve, de espuma .Y fue celeste y blanca…
Manuel Belgrano la creó y sus colores nos hablan de historias…
Historias de batallas ganadas y otras perdidas.
Historias de abuelos inmigrantes y de jóvenes que se marchan.
Historias de héroes de carne y hueso que día a día libran una difícil batalla en su lugar de trabajo, en su hogar atreviéndose a soñar sueños de un futuro mejor.
Así la soñó Manuel Belgrano para venerarla, para representarnos, para defenderla siempre.
Hoy a tantísimos años, ojalá que también la usemos para envolvernos en un abrazo que nos una como argentinos, ¡siempre!